Al final del tunel (2016) - Rodrigo Grande

El cine argentino está pasando por un gran momento. Como ya he dicho antes en mi reseña de 'El Clan', es realmente muy loable que todos los meses veamos producciones nacionales cada vez más elaboradas y cuidadas en cada uno de sus apartados, llegando cada vez a más público y haciendo crecer nuevos artistas que, de seguir así, seguirán propiciando este importante crecimiento del séptimo arte en nuestro país.
En este contexto, tenemos este thriller que despertaba expectativa por contar con un muy buen reparto, un argumento con muchas posibilidades de ingenio y un director que había mostrado chispazos interesantes en sus anteriores películas ('Rosarigasinos' y 'Cuestión de principios') sin dudas presagiaban un producto más que notable. ¿Cumple la película con las expectativas?

Lo primero a destacar es lo cuidadisima y detallada que se encuentra a nivel técnico, tanto en la fotografía, como en el montaje y la dirección. Sin dudas nos encontramos ante una filmación con mucho mimo en pequeños detalles, con movimientos de cámara elegantes y precisos que denotan influencia en grandes maestros del género como Alfred Hithcock y Brian De Palma, que permite que el espectador nunca despeje el ojo de la pantalla, ya que siempre hay algo interesante a lo que atender o algún detalle que observar, en ese sentido Rodrigo Grande triunfa rotundamente.
Después en otro apartado tenemos la historia y como los caminos del guión van cambiando a medida que avanza la película. Por un lado tenemos al personaje encarnado por Leo Sbaraglia, que es el clásico héroe inesperado que empieza comportándose de manera apática y termina cambiando su carácter en el transcurso de la aventura, puede ser que sea un arquetipo algo trillado conceptualmente pero funciona gracias al empeño, el carisma y la presencia de Sbaraglia, que lo da absolutamente todo como en cada actuación suya. Por el otro lado tenemos a Pablo Echarri como antagonista y miren, Echarri no es un actor que me termine de convencer precisamente pero aquí creo que brinda su mejor perfomance desde 'Crónica de una fuga', metiéndose en la piel de un personaje muy perturbador, sin escrúpulos a la hora de realizar sus objetivos y al que medida que nos vamos interiorizando en la historia vamos odiando más y más.
Así como ambos personajes están muy bien retratados y la película crea de manera excelente una tensión y una enemistad palpable entre ambos que hace que el choque final entre ambos funcione de gran manera el resto de los personajes secundarios no termina de convencer. Clara Lago es una muy buena actriz y su personaje mantiene el interés gracias a su carisma y ángel (muy destacable el acento argentino que logra de manera extraordinariamente natural, ni se nota que es española) pero funciona únicamente como dispostivo de guión para activar algunos giros y aparece y desaparece de la película a conveniencia de la historia. 

También por otra parte, tenemos una última media hora muy buena, plagada de giros, sorpresas y contramarchas además de momentos y choques muy tarantinianos, muy destacable como el director con pulso y con decisiones narrativas fenomenales hace que varios elementos antes introducidos y que no parecían tener importancia (esa droga en las galletitas...) termine siendo fundamental y hace que todos los detalles encajen a la perfección. Si se puede reprochar que quizás hay demasiados giros en muy poco tiempo y no todos llegan a ser asimilados por el espectador y que el personaje de Federico Luppi esta usado como un terrible Deus Ex Machina.
En fin, creo que no queda mucho más que decir, estamos ante una propuesta de cine nacional muy satisfactoria, con un nivel técnico impecable que no tiene nada que envidiarle a grandes producciones de Hollywood, buenas actuaciones y un ritmo vertiginoso que hace que la historia, pese a sus tropiezos y apresuradas, termine siendo notable y digna de ser disfrutada en una sala de cine. Recomendada.
                            PUNTAJE FINAL: 7'5/10 

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